Cipriano Armenteros: la historia de un líder social colombiano

“Cipriano Armenteros” fue el pseudónimo que Rubén Blades decidió usar en su canción para retratar la historia del líder social indígena Victoriano Lorenzo, a quien, si bien la Asamblea Nacional de Panamá declaró como “héroe nacional” en 1966, en realidad era colombiano.

 Victoriano había nacido en 1867 en el área rural de Penonomé, provincia de Coclé, Estado Soberano de Panamá, Estados Unidos de Colombia.

En un momento histórico caracterizado por las injusticias y atropellos cometidos por los gamonales contra las poblaciones indígenas, estas comunidades se sumaron al bando liberal para alzarse en armas contra el gobierno central conservador, fue así, como en 1900 se daría lo que se conoce en nuestra historia como la “Guerra de los Mil Días”, que realmente duró 1130 días, y cuyos efectos se sintieron en todo el territorio colombiano.

Victoriano combatió en las llanuras de Chame, Calidonia y Veraguas, sin embargo, ante la derrota de los liberales en julio de 1900, en la Batalla del Puente de Calidonia, se dio a la tarea de esconder las pocas armas que los rebeldes lograron conservar. A partir de octubre de 1900, Victoriano y sus seguidores se convirtieron en montañeros, que fueron poco a poco cosechando éxitos bélicos hasta obligar al ejército oficial a huir de Penonomé. Ante la racha de victorias, las tropas liberales se unieron a los rebeldes que continuaba acumulando conquistas territoriales. Victoriano fue nombrado General de División de las tropas liberales quienes enarbolaron las banderas de lucha de las comunidades por la tierra y la libertad.

El 24 de octubre liberales y conservadores llegaron a un acuerdo de paz que contemplaba la retirada de las tropas rebeldes del Magdalena y Bolívar, firmando el “Tratado de Neerlandia”, cuyo nombre proviene de la finca bananera ubicada entre Ciénaga y Aracataca, propiedad de Ernesto Cortissoz, en la que se realizaron las negociaciones.

Al mismo tiempo, el conflicto en Panamá le estaba dando la victoria al general liberal Benjamín Herrera; pero gracias a la ayuda solicitada por el gobierno colombiano a los Estados Unidos –que tenía intereses en la construcción de un canal interoceánico–, el tratado de paz definitivo se firmó el 21 de noviembre de 1902, en el buque de la Armada estadounidense USS Wisconsin, que hacía parte de la flota que había enviado el presidente Roosevelt a costas panameñas. Ante la flagrante violación de la soberanía nacional y la anuencia del gobierno central, Benjamín Herrera decidió romper su espada, y pactar la paz a bordo de la precitada embarcación.

Siete días después, cuando los calendarios señalaban el 28 de noviembre, Victoriano fue privado de la libertad con el argumento de que había manifestado públicamente su desacuerdo con el pacto y que retomaría las armas. El líder alcanzó a fugarse en la noche de navidad, pero fue recapturado en pocas horas.

En un relato que no dista mucho de la realidad que se observa en estos días en nuestra prensa, su condición de líder social, así como la influencia que ejercía sobre las comunidades aborígenes, parecieron ser razones suficientes para que el 15 de mayo de 1903, en la plaza de Chiriquí (hoy plaza de Francia) de Ciudad de Panamá, fuese ejecutado y que las autoridades se negaran a entregar el cadáver a sus familiares. Cuenta la historia que, al momento de su fusilamiento, Victoriano Lorenzo se puso de pie, rogó por la unidad de todos los colombianos, y entre otras frases exclamó: “Señores, oíd una palabra pública. Ya sabéis de quién es la palabra. Victoriano Lorenzo muere… a todos los perdono… Yo muero como murió Jesucristo”.

Nota: “Cipriano Armenteros” fue la canción número cuatro del lado A del álbum “Este es Ismael Miranda”, grabado por Ismael Miranda en 1975 y producido por Johnny Pacheco & Ismael Miranda, bajo el sello Fania Records. Los coros fueron grabados por Adalberto Santiago, Héctor Lavoe, Jorge Millet y Rubén Blades (compositor).